La puerta al Infierno de Darvaza

La puerta al Infierno de Darvaza, Turkmenistán

La “Puerta al Infierno” es el nombre perfecto para el cráter ardiente de Darvaza. Esta maravilla de la naturaleza no ocurrió de forma completamente natural: durante unas prospecciones en busca de gas de geólogos soviéticos en la década de 1970 el suelo se hundió. Para no dejar que los gases venenosos se evaporaran los científicos tuvieron la brillante idea de prender fuego a esta cueva llena de gas, convencidos de que el incendio se apagaría en cuestión de días… 40 años más tarde el cráter sigue ardiendo, como una verdadera puerta al Averno. ¡La naturaleza no se puede domar!

Cómo acceder a la puerta del infierno

Lo cierto es que las autoridades de Turkmenistán desaconsejan que se acceda a la zona porque no se sabe en que momento pueden sucederse explosiones por el exceso de liberación de gas natural. Sin embargo, no son pocos los viajeros que aprovechan su estancia en la zona para ver esta maravilla artificial. El acceso, no obstante, es libre por lo que todos los viajeros intrépidos que se aventuren a visitar el desierto de Karaku podrán acceder a este cráter que, por la noche, según dicen quienes han estado allí, parece como si realmente se estuviera mirando a la mismísima entrada al infierno. Sin duda será muy atractivo y los viajeros habrán encontrado toda una gama de recursos que resultarán ampliamente interesantes desde el mismo momento en el que puedan gozar al respecto.

No debemos olvidar que este desierto es el décimo más grande del mundo y se extiende hasta el Mar Caspio. Los viajeros que se adentren en él deberán hacerlo con un guía o persona que conozca la zona perfectamente, completamente preparados. Si viajamos a Turkmenistán podremos conocer el pozo de Darvaza o puerta del infierno y lo encontraremos cerca de la localidad de Darvaza. Se recomienda alquilar un vehículo desde la capital de Turkmenistán, Ashgabat, para acceder a la localidad de Darvaza. Una vez que se trata de acceder al desierto, es posible encontrar a algún lugareño que por precios que van de los 30 a los 60 euros te llevarán hasta la puerta del infierno y, además, te ofrecerán comida y alojamiento.